miércoles, 4 de junio de 2025

La jornada informativa sobre tribunales de instancia confirma las razones por las que UGT se opone al proyecto de la DGJ

Ayer, durante la sesión informativa organizada por la Conselleria de Justicia sobre la implementación de la Ley Orgánica 1/2025, la consellera Nuria Martínez Sanchis trasladó a los presentes una visión que desde UGT Servicios Públicos – Sector Justicia consideramos insuficiente y preocupante.

La consellera, en su intervención, intentó trasladar la responsabilidad de la falta de liderazgo, coordinación y financiación a la administración central y al ministro Bolaños, aludiendo a la infrafinanciación histórica de la Comunitat Valenciana y a factores externos como la DANA. Sin embargo, se silencia que, desde la llegada de la actual presidencia de la Generalitat, la Conselleria de Justicia ha sufrido tres cambios de conselleras y equipos, lo que demuestra una evidente falta de continuidad y liderazgo interno que ha lastrado la correcta planificación y ejecución de esta reforma.

Además, desde el equipo de Conselleria se destacó una supuesta negociación sindical que, en realidad, fue una negociación dada por hecha y basada en un acuerdo firmado con el Ministerio en julio de 2024, sin incremento real de plantilla. Mientras se dirige a la administración central solicitando la creación de plazas (40 de jueces y magistrados y 30 de letrados de la administración de justicia), no se garantiza un compromiso efectivo para aumentar los recursos humanos ni materiales.

A esta preocupante falta de liderazgo y planificación se suma la carencia de presupuestos para adecuar las sedes judiciales a la nueva estructura organizativa. Esto implica que, a partir del 1 de julio, el cambio anunciado de los tribunales de instancia será, en la práctica, un simple cambio nominal, sin un despliegue real en infraestructuras ni condiciones adecuadas para el personal.

Mientras tanto, se están revisando planos de sedes judiciales y elaborando protocolos de trabajo que los Letrados de la Administración de Justicia deberán seguir para garantizar una justicia ágil y eficiente. Todo ello, por el momento, se está realizando a espaldas de los representantes de los trabajadores, en un proceso marcado por la improvisación y el cansancio.

Además, la escasa participación en una jornada dirigida a todos los operadores jurídicos implicados en la reforma no es más que un síntoma del escaso interés y motivación que existe entre los verdaderos protagonistas del proceso, quienes deberían estar más involucrados y comprometidos con los cambios que les afectan directamente. Esto contrasta con el gran consenso social que sí existe en torno a la necesidad de grandes reformas profundas, centradas en la digitalización de los procesos judiciales, la modernización de la organización judicial y el impulso de una Justicia más cercana y centrada en las personas.

Durante la “negociación”, UGT Servicios Públicos – Sector Justicia manifestó una firme oposición a la propuesta de reforma presentada por la Dirección General de Justicia, al considerar que es una reforma formal y apresurada que no aborda las necesidades reales del sistema.

La jornada de ayer no fue sino una confirmación de lo que se esperaba. La propia DGJ reconoció durante la sesión que carece de dotación presupuestaria y de una planificación en la inversión necesaria para personal e infraestructuras. No contempla incrementos de plantilla ni consolidación de refuerzos ni reorganización física adecuada.

Además, la nueva organización implica cambios sustanciales en funciones, jerarquías y condiciones laborales que deben ser objeto de negociación previa y de un acuerdo integral de garantías. UGT Servicios Públicos – Sector Justicia exige que se negocien aspectos fundamentales como el proceso de acoplamiento, la dotación de personal, la especialización, la regulación de guardias y teletrabajo, y la carrera profesional, así como el mantenimiento de derechos ya adquiridos.

En resumen, desde UGT Servicios Públicos – Sector Justicia reclamamos una reforma real, negociada y dotada de recursos, que garantice la eficacia del servicio público y las condiciones laborales del personal, en lugar de una simple adaptación formal para cumplir plazos sin garantías.

En este contexto, UGT quiere dejar claro que el enorme esfuerzo de adaptación que el personal de justicia está realizando ante las nuevas tecnologías y estructuras no puede valorarse solo moralmente. Es imprescindible que dicho esfuerzo se reconozca también con una retribución justa que compense las mayores cargas de trabajo y responsabilidades. La falta de reconocimiento económico es otro síntoma más de la improvisación con la que se está abordando esta reforma.

 

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