Hoy “9 d´Octubre”, los valencianos celebramos
nuestra fiesta, y nos enorgullecemos de cómo
somos y de dónde venimos. Centrándonos en lo jurídico y entre las pocas
cosas que han pervivido del Derecho Foral Valenciano, vía costumbre, hasta hace
bien poco, son los contratos de compraventa de naranjas en las Comarcas de l’Horta,
La Ribera, La Plana, la Safor y la Marina.
Para los más jóvenes, y/o venidos de
otros territorios o que no tengan antecedentes en la agricultura explicar, en
resumen, que la naranja se compraba “a ull o a pés” cuando aun no había
madurado, se acordaba el precio y cuando
se recogía se pagaba en metálico el precio pactado y no había impagos ni reclamaciones.
El “llaurador” se comprometía a no venderla posteriormente a un tercero, aunque
le ofrecieran el triple y el “comprador” (por cuenta del comerciante) pagaba lo
pactado aunque pudiera encontrar otra más barata y de mejor calidad y si hacía
falta de su bolsillo.
¿Cual era la garantía para las partes? La
palabra dada… ¿y si no se cumplía? El incumplidor no era “home”, suponía su
“muerte civil” su ruina como vendedor o
como comprador, todo sin papeles, sin poderes, sin avales, sin abogados ni
juzgados. Todos sabían que independientemente de los juzgados había una fe
ciega en la palabra dada según de quién venía, y el que la incumplía, la perdía
y para siempre, dejaba de ser un ”home” y se propagaba la noticia con la misma rapidez y notoriedad que en
twiter.
Y a que viene esto ahora, pues a
mucho. Tenemos un borrador de acuerdo para la aplicación durante el 2020-2022
del Plan de Actuación de la Carrera Profesional –cuyo contenido damos por
sabido por todos-, presentado por “el comprador” (CONSELLERIA DE JUSTICIA),
aceptado por el “llaurador” (REPRESENTANTES DE LOS TRABAJADORES) y que no se
firmó antes del verano por las elecciones ni después por la formación del
Govern Valenciá. Nosotros hemos cumplido y cumpliremos todos nuestros compromisos
y ahora solo falta ver si la Sra.
Consellera cumple los suyos.
Dicen que entre algunas tribus árabes
nómadas del Norte de África, donde se instalaron los moriscos valencianos,
expulsados de su país en 1492, finalizan los contratos verbales con una fórmula: “paraula d´home valenciá” es decir, este
acuerdo no se rompe.
Ojalá
els nostres nets puguen estar desvanits d’escriure d’açi a cent anys: “Paraula
de Consellera Valenciana”
Otros
informan, UGT además buscamos soluciones.
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